Quién es Robert Hugh Benson

Robert Hugh Benson (1871-1914) fue el hijo menor de Edward White Benson, Arzobispo de Canterbury, converso al catolicismo, eminente autor de ficción y apologética.

En la British Library de Londres repasé el registro de libros publicados en Inglaterra entre los años 1903 y 1916, es decir, desde su conversión hasta dos años después de su muerte. Todos los años, desde 1905 hasta 1915 se publican dos, tres o más obras de este autor. Muchos de sus libros se reeditaron, como es el caso de A Winnowing, publicado en 1910 por la editorial Hutchinson y reeditado en 1911, 1913 y 1914… leer más.

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«¡A la horca!» Traducción de «Come Rack! Come Rope»

La Editorial Palabra acaba de publicar una nueva traducción de Robert Hugh Benson. Se trata de la novela histórica de 1912 Come Rack! Come Rope!, bajo el título: «¡A la horca!«

Come Rack! Come Rope! Es una novela en la que se narran las vicisitudes de una familia católica en el tiempo de Isabel I. Seguir confesándose católico conllevaba el pago de una serie de multas, por empecinarse en no doblegarse ante la autoridad temporal que se había erigido por propia iniciativa también en espiritual. El cabeza de la familia protagonista se va arruinando poco a poco, pero sigue insistiendo en que una religión que ha servido a los habitantes del país durante siglos, no podía haberse convertido en mala de repente. El pago de las multas, sin embargo, no evitaba el hostigamiento de las autoridades y tampoco el encarcelamiento o, incluso, la condena a muerte. Las excusas para ellos podían ser muchas; las más usada: la traición.

En las páginas de esta novela aparecen personajes reales como la misma reina Isabel, la reina María de Escocia o el jesuita Edmund Campion, que actuaba a escondidas para atender a los fieles, como un auténtico agente secreto, sabiendo que se jugaba la tortura en el potro (rack) y la muerte en la horca (rope).

El autor consigue que el lector se introduzca en la época y viva las angustias y heroísmos de estos católicos del siglo XVI en Inglaterra, una generación heroica que vale la pena conocer.

 

 

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Why R.H. Benson died so early?

R.H.Benson’s burial (1914)

I have been asked privately why Benson died so early, at the age of 44.

He supposedly died of pneumonia. But my opinion is that he ended up worn out of so much work and his body defenses diminished substantially. He surrendered in such a way to what he thought it was his mission about spreading and defending his new Catholic Faith that his body simply broke down. Before dying he used to forget appointments, was advised to stop working and suffered once in a while from a so called ‘false angina’, which was a kind of a heart disease which I would adventure to name it now Prinzmetal angina. It is one that is suffered as a normal angina pectoris but it leaves no trace.

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Superando Obstáculos: Tres Años desde mi Defensa de Tesis sobre Robert Hugh Benson

Foto de recuerdo con el tribunal, el director de la tesis y mi esposa al finalizar la defensa (29/01/2015)

Introducción

Hoy, al recordar que hace exactamente tres años obtuve mi título de doctor, reflexiono no solo sobre cómo el tiempo vuela, sino también sobre el intenso proceso que fue realizar y defender mi tesis sobre Robert Hugh Benson. Este notable autor ha sido el foco de mis estudios, y el camino hacia la culminación de este proyecto estuvo lleno de desafíos y aprendizajes.

El Viaje hacia el Doctorado

Robert Hugh Benson predicando.

Compaginar la vida personal y profesional con la académica fue una experiencia desafiante. Estar casado, con hijos, y trabajar a tiempo completo como consultor, añadió capas adicionales de complejidad a mi doctorado. Los años dedicados a la investigación y redacción de la tesis fueron arduos, pero cada obstáculo superado ha sido una lección interiorizada.

Momentos Clave en la Investigación de Benson

En mi tesis, exploré diversos aspectos de la obra de Benson, cuyas narrativas y perspectivas religiosas ofrecen un rico terreno para el análisis académico. Estos estudios no solo me permitieron contribuir al entendimiento de su literatura, sino también al diálogo continuo en estudios literarios y filosóficos.

Conclusión

Si estás considerando o ya estás en medio de tu doctorado, te animo a seguir adelante con optimismo y perseverancia. Las recompensas de completar este viaje académico son inmensurables y el conocimiento adquirido es algo que llevas contigo para siempre.

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La editorial B.A.C. publica mi traducción de The Light Invisible y A Mirror of Shalott

La B.A.C. publica los libros de relatos: The Light Invisible y A Mirror of Shalott, traducidos por Sergio Gómez Moyano. La B.A.C. los ha editado en el mismo volumen con el título Historias sobrenaturales.

HISTORIAS SOBRENATURALES | ROBERT HUGH BENSON | Comprar libro 9788422019718

Creo que no se le escapa a ningún interesado en este R.H. Benson que se está viviendo un pequeño resurgir de su memoria en lengua castellana. Desde hace unos diez años algunas editoriales han publicado obras de este autor. Lord of the World y The Necromancers han sido objeto, además, de una nueva traducción al idioma de Cervantes. The Dawn of All simplemente se ha reeditado con la misma traducción de hace casi cien años.

Este año le ha tocado el turno a sus libros de relatos: The Light Invisible y A Mirror of Shalott. La B.A.C. los ha editado en el mismo volumen con el título Historias sobrenaturales, con la particularidad de que A Mirror of Shalott es la primera vez que ve la luz en español. Tanto la traducción como el estudio introductorio son obra de Sergio Gómez Moyano.

El primer libro de relatos escrito por Robert Hugh Benson se titula The Light Invisible. Salió a la venta en 1903 y se trata del primer volumen publicado del autor. Es importante contextualizar esta obra, porque dará una clave fundamental para su interpretación.

Comenzó a escribirlo en 1902, cuando vivía en la comunidad de la Resurrección de Mirfield. El autor estaba sufriendo una crisis de identidad. Por un lado, había sido educado según los principios de la Iglesia de Inglaterra, de la cual su padre fue la cabeza visible. Más aún, se había convertido en un profesional de la misma, pues había sido ordenado clérigo anglicano. Sin embargo, sentía la llamada a la Iglesia Católica, esa confesión cristiana que desde pequeño había aborrecido. En esos momentos de desconcierto, pretendió buscar una especie de compromiso, una vía intermedia o quizá un metalenguaje capaz de albergar las pretensiones de ambas confesiones. El mismo Benson explicó que con este libro buscaba reafirmarse en las verdades de la religión. Por todo ello, no es de extrañar que The Light Invisible esté compuesto por una serie de experiencias espirituales, explicadas por un anciano sacerdote, que el lector no puede averiguar si es católico o anglicano. El protagonista de los relatos posee un don, una sensibilidad especial, para ver lo que se esconde detrás de la materia.

Un corresponsal escribió sobre el libro que el verdadero meollo del mismo es la intuición espiritual, como único puente entre lo visible y lo invisible (C.C. Martindale, The Life of Monsignor Robert Hugh Benson, vol. I). Esta intuición se materializa, o se hace sensible, en la figura del anciano sacerdote, que es el que relata las historias. Su don consiste en: «La facultad de comprobar por nosotros mismos lo que hemos aceptado por autoridad y lo profesamos por fe. […] La percepción es a veces tan intensa que el mundo espiritual se me muestra tan visible como lo que llamamos el mundo natural, pero se me muestran simultáneamente, como en el mismo plano. Depende de mí elegir cuál de los dos veo con más claridad» (The Light Invisible).

Y esta facultad, dice, no es algo diferente, por ejemplo, de la capacidad que tiene su interlocutor (el que escribe todo lo que el anciano relata) de disfrutar de la belleza, donde otros no la ven. A partir de aquí se explicarán situaciones que el anciano sacerdote, o alguna otra persona, ha vivido gracias a esa capacidad intuitiva devenida visión sensible.

Desde el punto de vista literario cabe decir que se trata del primer libro de madurez literaria de Robert Hugh Benson. El género en el que se podría adscribir sería el de los relatos fantásticos o de terror, si bien sus páginas no encierran pasajes tan escalofriantes como los de A Mirror of Shalott. Su tono es mucho más meloso y, sobre todo, más espiritual (por no decir místico) que terrorífico o fabulístico.

El planteamiento de A Mirror of Shalott adquiere la forma de un simposio informal, una especie de Decamerón o Canterbury Tales. Un grupo de sacerdotes de diferentes nacionalidades se encuentran en Roma. Después de sus actividades diarias disponen de un período de tiempo libre entre la cena y las oraciones de la noche. Para pasar ese rato, y a raíz de una discusión entre ellos sobre la existencia de los milagros, deciden que cada noche uno de ellos contará una historia. Deberá cumplir dos condiciones: que se narren hechos sobrenaturales y que hayan sido vividos en primera persona.

En una primera instancia, dado este planteamiento, cabría esperar que Benson, como sacerdote católico, hiciera hablar a sus personajes, tan clérigos como él, de modo aleccionador sobre milagros de santos u otras delicadezas piadosas, cual si desde el púlpito predicaran. Podría imaginarse uno, a mucho exagerar, que hablaran de algún exorcismo.

Pero el tono de la obra no se alinea en absoluto con este talante. En ella se habla de fantasmas, de presencias malignas, o incluso ausencias insoportables, de barcos fantasma… La riqueza de las historias es verdaderamente sorprendente, y algunas de ellas llegan a producir un auténtico escalofrío. No en vano, las historias de A Mirror of Shalott aparecen en numerosas colecciones de relatos fantásticos o de terror junto a los nada irrelevantes de Poe o Lovecraft, entre otros. Y es que este libro puede ser considerado un clásico del género de terror.

Para llegar a la intención de esta obra, conviene detenerse un segundo en el título. Debe su nombre a un poema escrito por Alfred Tennyson, presumiblemente en 1842, titulado The Lady of Shalott. La dama protagonista del mismo vivía sola en un castillo en la isla de Shalott. Tenía prohibido mirar el mundo directamente, más allá de los muros, pero lo contemplaba a través de un espejo. A Mirror of Shalott, literalmente un Espejo de Shalott, pretende ser un lugar en el que el lector puede fijar los ojos, para ver ese mundo exterior que está más allá de los muros de la materialidad, es decir, de la percepción sensible. El objetivo del libro, por tanto, queda patente: mostrar el mundo espiritual. Uno por uno los miembros de este peculiar simposio de historias sobrenaturales o de terror van relatando sus experiencias, sus encuentros con lo sobrenatural.

Y solo queda que el lector se deje llevar por estas historias, muestrario de manifestaciones sobrenaturales. En resumen, este tipo de relatos escritos por un sacerdote puede causar sorpresa, pero, considerados en toda la amplitud de su obra adquieren una importancia propedéutica para la fe y una espiritualización de la vida ordinaria del creyente.

No obstante todo lo dicho, el lector también merece disfrutar de estos dos libros ofrecidos por la B.A.C. por sus propios méritos literarios, que no son pocos, y no por fiarse de un comentarista como el que suscribe.

 

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Nota de prensa en la universidad sobre mi tesis

El 4 de marzo se publicó una nota de prensa en la Universidad Abat Oliba sobre mi tesis. En ella se explica una pequeña síntesis, así como la relación que hay entre el autor y las alusiones del papa Francisco a la novela de R.H. Benson «Señor del mundo». Para verla, haga clic aquí.

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«The Upper Room: a Drama of Christ’s Passion» (1914)

I have been asked information about «The Upper Room», a play published posthumously. I have to confess that I haven’t read because I have not been able to find it. All I can say is what Martindale wrote in volumen II of Benson’s biography.

«The Upper Room appeared posthumously in November 1914; its introduction is reminiscent, by Cardinal Bourne; and its preface had to indicate, as was best possible, the author’s intentions for his play. It was to be partly symbolical, the preface urges : not realistic. Hence the Supper-table will suggest (though not imitate) an altar, with its cloth and candles ; Peter will carry keys, and Mary will put the Grail into the Arimathean’s hands. Benson will emphasize the symbolic value even of persons when he can; he boldly accepts the translation, » and HE was Night,» for the et erat Nox of the Vulgate, when Judas leaves the supper-room.» (» And Night he was who ran.»)
The action passes altogether in the Upper Room, over the parapet of whose balcony torches, spear-heads, or the three crosses are observed to pass (as the third cross passes it is seen to reel and disappear, for its bearer fails). Beyond, at the back, an idealised hill of Calvary is seen, black against the starlight, or dawn, or the streaked sky of Good Friday, for the action extends from the departure to Gethsemane to the return from the entombment. It is divided into three scenes, of which the second is a kind of tableau ; above the stripped table, where the candles are extinguished. Calvary is seen with vividly black crosses, very far away, and the Reproaches are sung. All the liturgical Passion music is introduced in some part or other of the play.

Naturally the whole piece is charged with a high emotion, and its literary aspect does not, and is not intended to, force itself upon one. The ungracious instinct of criticism suggests to a reader at any rate that very unequal reminiscences of a mediaeval style, and some disconcerting echoes of Tennysonian rhythm and even diction (as, for instance, of the Idylls of the King), somewhat mar the sternly ecclesiastical manner which should, I fancy, be that of this play. That Mary should here be called » a very Queen of men for gallantry» seems wholly out of place, and in the earlier part of the first scene there are too many phrases of a sort of facile lusciousness : » The air turned faint with incense,» a line written in connection with the Last Supper, jars terribly in a story for which the reticence of the Gospel record has for ever set an irreformable example. But it is for acting, not reading, that this play was swiftly written ; and it seems the graver pity that on one occasion at least its performance was, at the last moment, vetoed by authority, on account of the presence on the stage of Mary, who speaks, after all, only a few lines of epilogue. As the years went by, however, the desire to write a play which should be a London success grew till it amounted very nearly to a passion. He made acquaintances wherever he could with authors or actors, in order to learn stage technique; he would sit, in an armchair placed for him in the wings, and watch rehearsals ; he would go, whenever this became for him legitimate, to see the plays themselves—in Scotland, for instance, and constantly in America. He displayed, however, great annoyance when a rumour was spread to the effect that Father Benson had declared that priests ought to go to theatres whenever they legitimately could. («Curiously, I cannot find one example of his going, after he became a priest, to hear an opera, despite his keen love of music.”·)He was delighted, on the other hand, with Mr. George Mozart’s opinion that priests would find no better or more willing Catholics than among members of the theatrical profession, if only they would display the «sporting spirit» of Father Benson, and go round and meet them at the stage door.»
C.C. Martindale, Life of monsignor Robert Hugh Benson, vol. II (Longmans, Green & Co., London 1916), pg. 326-328.

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A Mirror of Shalott

Un primer encuentro con los relatos cortos de Benson impacta; sobre todo los de A Mirror of Shalott. El planteamiento de esta colección de historias es la siguiente. Un grupo de sacerdotes de diferentes nacionalidades se encuentran en Roma. Después de sus actividades diarias disponen de un período de tiempo libre entre la cena y las oraciones de la noche. Para pasar ese rato, y a raíz de una discusión sobre los milagros, deciden que cada noche uno de ellos contará una historia. Deberá cumplir dos condiciones: que se narren hechos sobrenaturales y que hayan sido vividos en primera persona.

En una primera instancia, dado este planteamiento, cabría esperar que un sacerdote católico, como Benson, hiciera hablar a sus personajes, tan clérigos como él, de modo aleccionador sobre milagros de santos u otras delicadezas piadosas, cual si desde el púlpito predicaran. Podría imaginarse uno, a mucho exagerar, que hablaran de algún exorcismo.
Pero el tono de la obra no se alinea en absoluto con este talante. En ella se habla de fantasmas, de presencias malignas, o incluso ausencias insoportables, de barcos fantasma… La riqueza de las historias es verdaderamente sorprendente, y algunas de ellas llegan a producir un auténtico escalofrío. No en vano, las historias de A Mirror of Shalott aparecen en numerosas colecciones de relatos fantásticos o de terror junto a los de Poe o Lovecraft, entre otros. Y es que este libro puede ser considerado un clásico del género de terror.

Para llegar a la intención de esta obra, conviene detenerse un segundo en el título. Debe su nombre a un poema escrito por Alfred Tennyson, presumiblemente en 1842, titulado The Lady of Shalott. La dama protagonista del mismo vivía sola en un castillo en la isla de Shalott. Tenía prohibido mirar el mundo directamente, más allá de los muros, pero lo contemplaba a través de un espejo. A Mirror of Shalott, literalmente un Espejo de Shalott, pretende ser un lugar en el que el lector puede fijar los ojos, para ver ese mundo exterior que está más allá de los muros de la materialidad, es decir, de la percepción sensible. El objetivo del libro, por tanto, queda patente: mostrar el mundo espiritual. Uno por uno los miembros de este peculiar simposio de historias sobrenaturales o de terror van relatando sus experiencias.

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¿El núcleo del pensamiento de R.H.Benson en breve?

Después de defender la tesis, ¿cómo resumiría en pocas palabras el pensamiento de Robert Hugh Benson?

Podríamos situarnos en dos puntos de vista diferentes: «desde abajo», desde los hechos más evidentes, hasta aquellas realidades menos accesibles a través de nuestros sentidos o “desde arriba”, desde una visión de fe.

El sentido ascendente es el que se plantea como índice de la tesis. Los fríos hechos se nos imponen a los sentidos, pero hay algunas situaciones en las que los sentidos no bastan para interpretar los hechos. Esto ocurre, por ejemplo, en Lourdes. En esta ciudad pirenaica francesa se producen de vez en cuando curaciones que no se pueden explicar. Existe allí mismo una oficina médica que se dedica a constatar dos cosas: 1) si las personas que se dicen curadas, realmente han sido sanadas y 2) si esta curación se ha producido de forma que la ciencia pueda explicar. Desde 1858 se han registrado unos 7000 casos de curaciones sin explicación, al menos hasta el momento actual de los conocimientos científicos.

Lourdes, con su oficina de constataciones, invita a interpretar hechos del mundo material a través de algún otro tipo de explicación fuera de la materialidad de lo científico. Benson plantea una disyuntiva: o se interpreta que la ciencia un día podrá explicarlo todo o hay un mundo espiritual que a veces actúa sobre el material, hasta el punto de provocar curaciones. El primer caso es considerado como una especie de actitud prometeica que, prácticamente otorga poderes divinos a la razón. Esta actitud quiere negar lo evidente, porque no corresponde con la demarcación de la observación científica. En cambio, estos casos inexplicados de Lourdes deberían conducir irremediablemente, según Benson, a una interpretación sobrenatural.

Abierta esa posibilidad, surge la necesidad de preguntarse si lo espiritual también interacciona con lo material en otras circunstancias o incluso continuamente, a pesar de que no lo percibamos.

Si nos acercamos a su obra “desde arriba” se ve claramente que el centro de su pensamiento es Cristo, Dios y hombre. Y del mismo hecho de la Encarnación de Cristo surge inevitablemente el sistema sacramental de la Iglesia. En este sistema cada signo material tiene un significado espiritual. En el caso del Bautismo, por ejemplo, verter agua sobre la cabeza de un niño pronunciando la fórmula adecuada y con las condiciones establecidas, significa el perdón del pecado original, la inclusión en la Iglesia, etc. Este modelo sacramental no es un hecho aislado, sino que el mundo debe ser interpretado según él. La naturaleza, por tanto, tiene un carácter sacramental, porque de alguna manera se muestra lo sobrenatural en él, aunque a un nivel diferente a los sacramentos.

Evidentemente esto no es más que una abstracción, lo que he podido extraer después de años leyendo al autor. Lo más increíble de Benson se encuentra en la letra y alma de sus libros.

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Francisco vuelve a hacer referencia a «Señor del Mundo»

Hace poco el Papa Francisco volvió a hacer referencia a Señor del mundo. Incluso invitó a los periodistas presentes a leer la novela. Lo hizo en el avión volviendo de Las Filipinas (haz click aquí para ver la noticia). Y se refería a la «colonización ideológica», o la pretensión de que todos lleguemos a un tipo de pensamiento ideológico único.

Benson plantea en su libro una sociedad ciertamente con un pensamiento único en el que los que disienten son perseguidos. Al principio lo hacen de forma aséptica y disimulada. Cuando esta ideología llega a la hegemonía mundial, la perseguidores ya no necesitan esconder sus intenciones y se producen condenas a cadena perpetua, linchamientos, ejecuciones y bombardeos.

Ver: The Lord of the World, Robert Hugh Benson y el mundo actual, Reseña de Lord of the World, El papa Francisco habla de Lord of the World.

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